Si revisas unas entradas anteriores del apartado de mi Diario Energético Secreto, nn el capítulo de mi vida en París, nos quedamos en la parte donde me llamaron para trabajar en el cole como profesora suplente. Cuando llegué al colegio pregunté dónde tenían los libros para comenzar el curso desde el principio y que la otra profesora cuando llegase no tuviera temario atrasado. Me dijeron que había ocurrido un problema y que no habían llegado los libros aún; como era la primera semana del curso, que me centrase en conocer a los niños y ayudarles a sentirse cómodos entre sus nuevos compañeros. Así lo hice.
Mi suplencia era para una semana, pero poco a poco se fue alargando. La profesora a la que suplía no mejoraba de salud y me pidieron que si me podía quedar más tiempo.
Pasaron un par de semanas y yo me sentía como pez en el agua, sin libros que tener que guardar por los armarios. Todos los días de camino a la escuela, pensaba en alguna conversación o debate para reflexionar y comenzar el día. Luego les creaba enigmas y realizábamos investigaciones sobre temas que les interesaban. A pesar de toda la diversión, me daba curiosidad que los libros seguían sin llegar y parecía no importarle a nadie. En mis anteriores colegios si no llegaban los libros para el inicio del curso, la mayoría de los profesores se colapsaban; aquí parecía no importarles.
El lunes de la tercera semana la directora me llamó para hablar conmigo. Tenía una actitud muy sería. Rápidamente tu mente entra en el juego; difícilmente entras en bucle pensando en todo lo bueno que te va a decir. La mente cuando juega va a por todas y te muestra todo lo malo que te puede pasar en modo repetir. Me dijo: siéntate porque tenemos que hablar de una situación bastante seria. He visto que has preguntado un par de veces por los libros. Al principio como ibas a suplir por una semana preferimos decirte que los libros se habían perdido; ahora que te vas a quedar más tiempo tengo que decirte la verdad. Los libros no van a llegar porque no hay. Nosotros somos un colegio donde trabajamos por valores y no seguimos ningún libro. ¿Es esto un problema para ti?
En ese momento me quedé sin palabras. Tardé unos segundos en reaccionar. No era un problema, era un deseo cumplido. Una vez más el Universo y la Energía me había reconducido a mi sitio. Un lugar, un colegio, unos compañeros, donde todos trabajábamos sin libros apopyando y escuchando las necesidades de cada alumno. ¡Gracias!
Ahora sí que empezaba mi capítulo el PARIS.