Durante ese verano perdí un poco el enfoque en mi parte de maestra. Durante un tiempo había estado buscando algo que me hiciera brillar, que me hiciera sentir ilusionada. Sé que Irene Maestra, es buenísima, cuando estoy con mis alumnos, ellos son mi recarga energética; pero de algún modo no conectaba con toda la parte más tradicional de profesorado, ni siquiera con mis compañeros.
Llegó finales de agosto y me preguntaba, ¿profesora o seguir mi camino de formación? ¿reflexología? ¿Por dónde voy? Me fui a una cafetería de París con un cuaderno y un lápiz, para poder poner en orden mi interior, siempre pienso mejor con un pain aux chocolat. 😋
Comencé a escribir, a pesar de que sentía que quería direccionarme hacia otro punto, no sabía por donde. Por lo que concluí en que quería continuar un tiempo más ejerciciendo como profesora. Ahora pregunta del millón ¿y dónde? Porque yo no sabía francés. En ese momento, ya había leído algo sobre conversar con el Universo y dije: si tengo que ser profesora, mandarme alguna señal de dónde tengo que ir. Pasaron algunos días, y yo ya me olvidé de aquello. Comencé a pensar que mi capítulo parisino estaba llegando a su fin. Llamé a mi familia para decirles que posiblemente volvería a España en unos días ya que en París no estaba sintiendo que sería por ahí. Colgué la llamada y recibí una:
- Irene?
- Yes, it´s me.
- Hi, Irene, it´s Kate. The principal of the International School of Paris. I would love if you could come tomorrow to the school for an interview.
Traducción:
- Irene?
- Sí, Soy yo.
- Hola Irene, soy Kate, la directora de la Escuela Internacional de Paris. Me gustaría saber si te podrías acercar mañana a la escuela para hacerte una entrevista.
Tardé unos segundos en reaccionar: OF COURSE! POR SUPUESTO!
¿Cómo te quedas? Yo me quedé loca. No había enviado currículum y a día de hoy sigue siendo un misterio cómo mi número llegó a ella. Al compartirte este capítulo y volver a conectar con esa energía, aún sigo temblando de lo potente que son las experiencias.