Después de esta formación y con la conexión que había comenzado a sentir. Quise profundizar más en las terapias manuales. En los masajes que me daban de pequeña, recordaba que mi parte favorita eran los pies. Como soy super curiosa comencé a leer sobre REFLEXOLOGÍA PODAL. Descubrí que era una gran ciencia y que resultaba que todos nuestros órganos estaban proyectados en nuestros pies. Además, se hablaba de unos torrentes energéticos vitales para nuestro bienestar. Necesitaba saber más.
Los libros están muy bien como introducción, pero llega un momento en el que si realmente tienes deseo de aprender, te lleva a tu MAESTRA. En este caso me llevó a una gran mujer, que imparte formaciones de Reflexología Podal. Ella estaba en Madrid y yo en ese momento vivía en París. Su formación era sólamente presencial. Cada vez que nos reuníamos, cogía un avión.
Con este ejemplo anterior, me gustaría que extrajeras una enseñanza energética, el compromiso que tienes que tener cuando deseas que una cosa te ayude. Cuando lo sientes de verdad, hazlo. Ya sea que tengas que coger un avión, invertir una cantidad que no hubieras contemplado antes. Si tienes esa pulsión no lo dudes. En ese momento, no tenía trabajo e invertí en la formación, transporte… sabía que era para un bien mayor.
Sigue leyendo los capítulos para descubrir el 🤯 que llegó.