Cuando hablas de París, todo el mundo automáticamente te contesta. ¡¡Oh!! ¡Qué bonito! Seguro que es precioso vivir en la ciudad del AMOR. ¿Conoces a mucha gente que haya vivido en Paris? Si conoces a más personas que hayan vivido en otros lugares a parte de mi. Pregúntalas si realmente les gusta vivir en París. Con mis próximas entradas descubrirás más el porqué energético de ello.
Al llegar a Gare du Nord con mi maleta, ya comencé a sentir la energía de París de una manera diferente. Parecía como que todos los colores que la ciudad tenía cuando iba a visitar París se habían desvanecido y era como si sólo viera en blanco y negro. Pensé, esto será hoy que vengo cansada, mañana será otro día.
Tras coger varios metros y pelear con mi maleta por los túneles del metro sin que nadie me ofreciera su ayuda para subirla por escaleras o al metro, llegué a casa. Me sentía rara, con un poquito de ansiedad y a veces cuando creamos situaciones y no son como te esperas, te llevan aún más a frecuencias más bajitas. Cuando llegué después de todo el viaje y vi que mi pareja no había preparado nada especial, sólo quería dormirme. Quería despertar y ver todo de color, de esos colores que yo sentía que sentía París.
Me fui a dormir y cuando me desperté. ¿Piensas que los colores habían vuelto?